En Cipolletti, prendas con mucho valor solidario agregado
Septiembre Textil es una cooperativa de trabajo que funciona desde el 2009 en la ciudad rionegrina de Cipolletti. En 2013 perdieron toda la maquinaria a causa de un incendio intencional. Luego de la recuperación, la cooperativa, pese a haber sufrido un 2016 muy duro, tiene una amplia propuesta textil y continúa apostando a la economía social como medio de vida.
El local donde se elaboran las prendas y se atiende al público se encuentra en la calle Saenz Peña, entre avenida Alem y 9 de Julio. Su fuerte son los uniformes escolares de escuelas privadas, la ropa de egresados y los ambos de salud.
“La cooperativa surge en 2008, como continuación de un taller familiar, que funcionaba desde 1990. Con muchos sacrificios, las que estábamos involucradas en ese momento, decidimos aunar fuerzas y darle un marco más formal, entonces decidimos una coope, investigando entre lo poco que había de información en la zona”, reseña Marcela Navratil, una de las fundadoras de la cooperativa.
“Cada una puso en comodato sus máquinas, seguimos en el local del taller, nos hicimos cargo del alquiler, y comenzamos con muy poca información sobre el funcionamiento real, sin tener formación impositiva ni de administración de empresas”, recuerda.
Ropa reciclada
Con los retazos que les sobran arman prendas de fácil confección y económicas. Para los niños y niñas la marca se llama Api, “porque en esos años, la modelo, la hija de una compañera de 1 año, aprendía a hablar; y mientras le mediamos los prototipos ella decía Api, y quedó”. La misma lógica comparten los “percheros de oportunidades”. El resultado es una producción de prendas únicas que incluyen colores, texturas y formas muy originales.
En relación al trabajo cooperativo, plantea Marcela que “apuntamos con el esfuerzo del laburo a que podamos subsistir sólo de este trabajo. Lo más importante es ver que hay un proyecto y que se puede creer en él. Si ya de por sí siendo pocas personas logramos una linda y buena propuesta, imaginate cómo sería si fuéramos más”.
En este sentido reflexionó acerca de las dificultades de cambiar la lógica laboral: “Uno tiene miedo a que le vaya mal y sin embargo en todas partes tenés malas experiencias y seguís laburando, apostás en lugares donde te estafan y lo aguantás ¿Cómo no lo vas a hacer por algo que es tuyo? Gracias a la Federación Fecootra y a la información sobre cooperativismo que nos compartieron, fuimos cambiando y puliendo el concepto de cooperativa. Yo me volví a enamorar de mi trabajo, de las pilchas; y volví a entender mi espacio cuando comprendí cómo funciona realmente el sistema de distribución. Antes a veces me sentía cansada y desanimada. Ahora mi postura es otra porque cobramos por nuestro laburo”.
“Tardamos un buen tiempo en lograr el equilibrio entre saber que en la coope somos todas jefas, pero somos todas también obreras, y tenemos que sacar el trabajo adelante entre todas. Y si no hay, o no se pudo cobrar, también entre todas nos hacemos cargo de eso, y lo que siempre tiene prioridad es el pago de los gastos que mantienen en pie la cooperativa”, señaló.
La distribución del trabajo
Septiembre Textil abre de lunes a viernes de 9.30 a 13 y de 16.30 a 20.30 y los sábados de 9 a 13. Una de las asociadas se encarga de la venta cumpliendo horario de comercio, otras cosen y cortan, mientras otra sólo corta. El cobro es por producción y por módulos de venta, lo cual garantiza que todos reciban la parte que corresponde.
“En el Mercado de Diseño que inauguramos en diciembre de 2016, en nuestro propio local, generamos un espacio de venta para otras cooperativas y artesanos locales que no tienen local propio. Compartimos vidriera con productos de la Cooperativa Textil Huiliches, de Viedma, y con productos de artesanos y de la economía social local”, destacaron desde Cipolleti.
Superar adversidades
También remarcaron que el año 2016 fue terrible. “Las ventas de escolar bajaron mucho, los egresado un poco, y luego con el cambio de temporada todo se hizo muy angustiante”, relataron.
“Es muy triste escuchar que muchas cosas que podemos hacer acá son ninguneadas, y que porque estamos tan cerca de Chile haya gente que prefiera pagar un viaje y traerse casi todo lo textil y calzados de alla. Y en este caso fomentado por el gobierno de Neuquén que organiza tours de compras a Chile”, lamentaron.
Es el momento más duro que viven después de aquel incendio, cuya investigación quedó en la nada: “Todos los elementos indicaron que el incendio en abril del 2013 fue intencional. El gas estaba cerrado y la luz funcionaba. La pérdida fue total: el fuego consumió las ocho máquinas que teníamos para trabajar”.
La reconstrucción del local fue posible gracias a otras entidades de la economía social: una cooperativa de trabajo de Neuquén realizó la refacción y recibieron apoyo de pequeños emprendedores que participaron de ferias en el lugar, que se dedican a cerámicas, chocolates, aromáticas y miel, entre otras actividades. Además, el Estado municipal aportó en ese 2013 los materiales. Pero obviamente, quienes más aportaron fueron las propias asociadas, que se definen a sí mismas como una “organización colectiva de mujeres libre de trabajo esclavo” que produce “de acuerdo a los principios del Comercio Justo y la Economía Solidaria”.
Fuente: Ecomedios