El Ciudadano de Rosario: autogestión en letras de molde

Es diciembre –encima lunes– y hace calor en la esquina rosarina de Ovidio Lagos y Brown, en la nueva redacción del diario El Ciudadano recuperado por sus trabajadores y trabajadoras. La obtención e instalación de un aire acondicionado es una de las “mil millones de cosas” en las que están en estos días los laburantes del matutino rosarino, quienes han sabido de padeceres peores que las altas temperaturas. “¡Llamá a un fotógrafo que acá hay un piquete duro, duro!”, bromeó un periodista una vez, allá por el año 2000, cuando en la redacción de calle Dorrego no había agua en los baños y los inodoros daban cuenta de ello con maciza crudeza. Ni hablar del ejercicio de hacer un diario sin teléfonos, o con una sola computadora conectada a internet, porque los patrones no pagaban las facturas correspondientes. Ahora en El Ciudadano no hay patrones y seguro que pronto va a haber aire acondicionado. Porque no hay patrones, pero los trabajadores no están solos, tal como quedó demostrado una vez más ese lunes tórrido, el 5 de diciembre, cuando a media tarde llegaron hasta la nueva redacción dirigentes de Sadop y autoridades de la facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario, quienes firmaron con los laburantes organizados en la Cooperativa de Trabajo La Cigarra y el Sindicato de Prensa Rosario el convenio en cuyo marco El Ciudadano consiguió ese espacio para su etapa autogestionada.

El día a día

En la previa del acto de firma del acuerdo, fuman un pucho en la vereda el Turco Sarkissian y la Negra Tamous, dos de los que vivieron en nariz propia las épocas de piquetes en el inodoro y hoy andan en las “mil millones de cosas” que implica el camino adoptado para sostener el diario tras la desvinculación, hace un mes y medio, del grupo Indalo.

Ya adentro, una de la nueva camada, Arlen Buchara, invita orgullosa a hacer una recorrida por la nueva sede: una planta baja amplia donde se extiende la redacción propiamente dicha más una sala comedor y para reuniones; y un primer piso menos espacioso donde se acomodan administrativas y vendedores y también la sala de Sistemas.

Ahí en “Sistemas” está Ignacio Escobar, el Nacho, quien a pesar de su juventud también es de los históricos. “No te preocupés, que todo esto viene para cada vez más boludos, lo vas a aprender enseguida”, supo tranquilizar el Nacho, allá por el año 1998 -el primero de El Ciudadano-, a un cronista de los de antes, repelente a las nuevas tecnologías, que tenía que abrirse una cuenta de hotmail y no cazaba una de eso de usuario, contraseña, bandeja de entrada.

El mix de “veteranos” y no tanto se reitera sección por sección. En Espectáculos, por ejemplo, Juan Aguzzi y Daniela Barreiro discurren sobre el reglamento interno que la flamante cooperativa tiene que elaborar y barajan entre sonrisas incluir una cláusula que autorice la ingesta de cervezas frías en la redacción después de las 20.

En Deportes, se sabe, son una banda que la sabe lunga de eso amenizar con una picadita bien regada la tensión típica de las horas de cierre de un diario, en las que los que aceleran a fondo son los diagramadores. Y están los de Policiales, los de Ciudad, los de Mundo.

Mundo nuevo para todos ellos este de la autogestión, con sus dificultades pero con muchos respaldos, como el que se plasmó en la cesión del local en pleno Pichincha.

El aguante está

“Ustedes no tienen nada que agradecer. Nosotros les tenemos que agradecer a ustedes que sostengan este diario, que es esencial, con una agenda distinta, de los trabajadores. No cambien la línea editorial. Esta casa ahora es de ustedes”, les dijo a los noveles cooperativistas Martín Lucero, titular de Sadop Rosario, el sindicato propietario del inmueble, avalado de cuerpo presente por Mario Almirón, el secretario general del mismo gremio de los docentes privados a nivel nacional. También el decano de la facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, reconoció la actitud de los laburantes de “seguir luchando en una situación de extrema complejidad” y sostuvo que la de ceder el espacio para la nueva redacción fue “una de esas acciones que da sentido a todo”. Lo proyectado en el inmueble de Lagos y Brown era conformar un espacio académico y cultural con la participación del Instituto de Cooperación Latinoamericana (Icla), presidido por Pedro Romero, quien también estuvo en la firma del convenio, igual que Silvana Comba, directora de la Escuela de Comunicación Social que forma parte de la facultad de Ciencia Política, quien destacó que varios trabajadores del diario recuperado son graduados y docentes de la carrera que dirige.

Además, Comba reiteró lo que había remarcado Bartolacci respecto de continuar el vínculo de respaldo desde la academia a la patriada de los laburantes. También Lucero y Almirón -que fueron acompañados por un grupo de dirigentes y delegados locales y nacionales del Sadop- se expresaron en ese sentido de continuidad en el apoyo.

En el caso de El Ciudadano, el fuerte respaldo sindical empezó por casa. El Sindicato de Prensa Rosario con Edgardo Carmona al frente fue clave para configurar un escenario casi sin antecedentes en los procesos de recuperación de empresas: antes de cortar la relación con la patronal, los trabajadores y trabajadoras lograron acordar el cobro de sus salarios y sus indemnizaciones.

Eso constituye una base con la que no se suele contar cuando se inicia la senda de la autogestión. Y aporta muy fuerte a afrontar un inicio jaqueado por otras dificultades, como la falta de infraestructura propia para la impresión. Provisoriamente -también gracias a la fortaleza del SPR-, El Ciudadano se imprime en la planta de La Capital. Pero esa es una de “las mil millones de cosas” que habrá que modificar a no muy largo plazo para garantizar proyección al diario autogestionado, vital para que Rosario y una amplia región cuenten con una alternativa más a la hora de poder informarse y expresarse.

El Mutualismo apoya

Entre quienes han expresado públicamente su respaldo a la autogestión en El Ciudadano, se cuenta la Federación de Entidades Mutualistas de la Provincia de Santa Fe (Femsafé). “Desde la Economía Social, los medios también son posibles y sustentables. ¡Felicitaciones, trabajadores y trabajadoras del diario El Ciudadano, en esta nueva etapa como Cooperativa de Trabajo”, expresaron desde la Federación a través de su publicación Tiempo Mutual. El titular de Femsafé es, además, integrante del Directorio del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), el organismo público nacional que controla y promueve a cooperativas y mutuales. “Ya hemos informado la situación a las máximas autoridades del Inaes, quienes han mostrado muy buena disposición para respaldar a la nueva cooperativa”, informó Santiago Serrati, secretario de la Femsafé.

Fuente: El Eslabón

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