Hay que cambiar el chip para hacer una cooperativa
A casi dos años de la quiebra de “Vida”, la empresa de emergencias médicas que operaba en Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, dos de los trabajadores que la recuperaron en forma de cooperativa relatan dificultades y logros de la experiencia construida.
Marita Taborda es secretaria del Consejo de Administración y Pascual Pontelli es el síndico de la Cooperativa de Trabajo de Medicina Asistencia Integrada Vida Emergencias Médicas Ltda., la experiencia cooperativa creada por medio centenar de trabajadores de la quebrada empresa, que sigue creciendo paso a paso, superando trabas burocráticas y dificultades surgidas de la realidad cotidiana.
Pontelli destaca el logro de haber mantenido la fuente de trabajo, y en especial el apoyo de las personas afiliadas al servicio: “Prácticamente ninguna se fue”, aunque sí, paradójicamente, perdieron convenios con dependencias estatales, que deberían ser las primeras en apoyar el emprendimiento.
Entre desazones, burocracia, trabas de todo tipo, y al mismo tiempo apoyos valiosísimos de la comunidad, de otras cooperativas, del Estado en diferentes niveles, y de los propios médicos de la empresa, ambos destacan el aprendizaje permanente que requiere embarcarse en una decisión como ésta: “Nadie tenía idea de cómo funcionaba una cooperativa, en qué consiste. Nadie sabía cómo era esto de que la empresa esté en nuestras manos. Ahora sabemos que hay que cambiar el chip que traemos”, dice Taborda, que trabaja en Vida desde que se fundó la empresa.
Por medio de una ayuda económica del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Nacional (INAES) pudieron adquirir una ambulancia totalmente equipada de alta complejidad, que ya cuenta con todas las habilitaciones necesarias.
La historia desde la creación
Pronto se cumplirán dos años de la presentación de quiebra de VEM SA: “En ese momento, el 1 de agosto de 2016, quedamos en la incertidumbre, en una situación muy complicada y muy sufrida por todos los compañeros. Pero cuando surgió la iniciativa de comenzar con esta idea cooperativa, tuvimos el apoyo del intendente (José Lauritto), de otras fuerzas políticas, de las cooperativas que se arrimaron enseguida a apoyarnos y apuntalarnos, en especial la Río Uruguay (RUS) nos dio un gran apoyo. Así que arrancamos como tal y el juez Agustín Weimberg tomó parte en el asunto con una síndico en la empresa tratando de hacerla viable”, recuerda el síndico, si bien aún la cooperativa no es legalmente dueña después de dos largos años de gestión.
Valoran los trabajadores que la justicia les haya dado la oportunidad de tener la continuidad laboral inmediata: “No hubo interrupción. Y eso fue importante para nosotros porque los socios tenían que seguir teniendo el servicio. Al ser un servicio de emergencia no lo podés cortar, porque, como es lógico, el socio busca otra alternativa”, reconoce Pontelli.
Fuente: Análisis digital.