Confecciones Riojanas: Fadiccra respaldó a 80 despedidos que reclaman indemnización y continuidad

Febrero en La Rioja es mes de fiesta, pero al casi centenar de trabajadoras y trabajadores de la empresa Confecciones Riojanas les cascotearon la alegría de la chaya con imprevistos telegramas de despido. Las notificaciones de las cesantías llegaron a fines de enero. Y desde entonces los laburantes resisten en una carpa montada frente a la planta textil, en reclamo del pago de sus indemnizaciones y con la esperanza de volver a sus puestos de trabajo ya no bajo la tutela de Horacio Dos Santos, el empresario de Buenos Aires que se creyó dueño de sus destinos al punto de ni siquiera cumplir las normas que rigen las relaciones laborales en la Argentina. Mejor dicho, que deberían regir pero suelen desvanecerse en tiempos de gobiernos neoliberales como el actual.

“Se nos ha despedido de forma ilegal, sin preaviso y con la pretensión de pagarnos un 50 por ciento de las indemnizaciones sin haber notificado antes que haya una situación de crisis”, explican en la carpa de protesta, consultados por periodistas de medios autogestionados de distintos lugares del país que fueron a expresarles su adhesión a los reclamos.

A la vez resaltan que hasta la llegada de los telegramas no había señales de semejante shock, ya que la planta sostenía un nivel de producción normal. Incluso, apenas un mes y medio antes del abrupto corte de actividades la producción había sido evaluada positivamente por representantes de Zara, una de las marcas de ropa para la que confeccionaban prendas. También lo hacían para Fawar, Ver y Ombú. “Ellos son solidariamente responsables de lo que nos están haciendo”, apuntan los cesanteados. Pero la solidaridad no es una actitud habitual en los ámbitos empresariales, aunque afortunadamente sí entre trabajadores. “Estamos muy unidos, somos 80 los despedidos y nos turnamos para estar todo el tiempo acá cuidando que no se lleven nada y reclamando juntos lo que nos corresponde”, remarcan en la carpa frente a la planta de la capital riojana, donde también se cuenta con otras solidaridades y apoyos, como por ejemplo el de vecinos y amigos, el de los sindicatos del sector, el de funcionarios del gobierno provincial como el secretario de Derechos Humanos Delfor Pocho Brizuela, el del obispo Dante Braida y el de los trabajadores de prensa agrupados en la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (Fadiccra), presidida por el riojano Julio Delgado, de Copegraf, la cooperativa que edita el diario local El Independiente.

El obispo riojano Dante Braida también respaldó a trabajadoras y trabajadores de Confecciones Riojanas.

Junto con Delgado, el miércoles pasado llegaron hasta la carpa de Confecciones Riojanas integrantes de las cooperativas bonaerenses Ecomedios, de Bahía Blanca; La Posta del Noroeste, de Lincoln y La Qilqa, de Ituzanigó; más sus pares de Eme Contenidos, de la ciudad de Buenos Aires; Comunicar, de Villa María; La Prensa, de Resistencia y las santafesinas El Correo de Firmat y La Masa, de Rosario.

“Vinimos a apoyar el reclamo de pago de las indemnizaciones y además a ponernos a disposición en el caso que los trabajadores quieran después sostener sus fuentes de trabajo organizados a través de una cooperativa”, expresó Delgado.

De armar una cooperativa les había hablado también Dos Santos, “pero nos dimos cuenta que solamente quería dejar de pagar los aportes y bajarnos los sueldos”, relataron los despedidos, que rápidamente entendieron que desde Fadiccra les planteaban otra cosa: la de superar la defección patronal con el modelo de autogestión de los trabajadores, que en La Rioja cuenta con el apoyo del gobierno provincial encabezado por Sergio Casas.

El gobierno provincial acompaña el reclamo. Pocho Brizuela, secretario de Derechos Humanos de La Rioja, visitó la carpa de protesta.

De todos modos, el objetivo inmediato en Confecciones Riojanas es el cobro de las indemnizaciones “porque estamos cansados que se avasallen los derechos de los trabajadores”. Y después sí, apuntar con todo a la continuidad de la fábrica para seguir “llevando adelante la cultura del trabajo”, remarcó Silvia Villafañe. Ella y Mercedes Gómez son, al decir de sus compañeras y compañeros, “nuestras voceras, nuestras leonas”. Y al decir de uno de los dirigentes de Fadiccra, “referentes que suelen surgir naturalmente en este tipo de conflictos”, en los que la unidad y la decisión de luchar son claves para revertir la injusticia de estafar al que trabaja.

Fuente: Cooperativa La Masa (Rosario)

 

 

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