Prunelle es de los trabajadores

Con orgullo y emoción los ex empleados de la firma que conformaron una cooperativa lograron un acuerdo judicial a través del cual compraron con sus créditos laborales las maquinarias y la marca

Después de mucho esfuerzo, dedicación, angustias y sacrificios los socios de la cooperativa que formaron los ex trabajadores de Prunelle lograron un acuerdo judicial dentro de la quiebra de la empresa.


El síndico de la Cooperativa de Trabajo Productos de Cosmética Ltda., Ramón Arias, suscribe el acuerdo.

Con esta decisión del Juzgado a cargo del juez Eduardo Oroño, las maquinarias y la marca de la firma pasó a manos de los obreros. Emoción y expectativa fueron las sensaciones que se percibieron en el primer piso de los Tribunales provinciales. Frente al Juzgado Civil y Comercial de la 10ª Nominación esperaron los socios el llamado para firmar la conformidad. Ahora el reto es producir y abrir cada vez más el mercado: saben que la situación general es un punto en contra pero conocen sus fuerzas y el apoyo de todos aquellos que los acompañaron para llegar a este momento.

Los socios de la Cooperativa de Trabajo Productos de Cosmética Ltda. ya son dueños de la marca Prunelle. La abogada Marcela Macellari, quien acompañó el proceso de esta Cooperativa, contó que esta decisión es un cierre de la etapa judicial. Los ex trabajadores compraron con sus créditos laborales las maquinarias y la marca Prunelle, acuerdo que quedó plasmado en una resolución judicial que firmó el juez Oroño.

En 2014 la firma dejó solos a sus trabajadores que pidieron la quiebra ese mismo año. Pero se había saldado gran parte de una máquina al fabricante en Buenos Aires y estaba prendada por varios acreedores aunque no se sabía dónde estaba. Finalmente, luego de una investigación para ubicarla lograron su recuperación. Es una noticia muy importante porque permitirá aumentar la producción. En unos 60 días estará en manos de los trabajadores que podrán producir 7 veces más de lo que venían haciendo.

También lograron que el titular del inmueble, que era uno de los dueños de la empresa que quebró, le firmara un contrato de alquiler por tres años a un precio razonable que la cooperativa pueda pagar, contó Sergio Solezzi, el actual secretario de la cooperativa.

Reactivación
A partir de enero la cooperativa logró todos los permisos para producir. Susana Lavacelli, la directora técnica, contó mientras esperaban el derrotero que implicó la obtención de todas las habilitaciones necesarias para la realización de los productos cosméticos. Si bien la recesión es una situación que preocupa a los socios, Macellari explicó que si bien hay una crisis general esta empresa recuperada siempre tuvo el apoyo de Nación y la Provincia: “Ellos ya tienen una estructura y ahora incorporan todos estos activos a la cooperativa, por lo que pueden ser sujetos de préstamos u otras instancias”, explicó.

“Al no resolver esta situación la cooperativa no era dueña de nada. Ahora cuentan con la marca y los activos. Ello les permite acceder a líneas de subsidios o prestamos más baratos para cooperativas y esto (por los activos que incorporan a la cooperativa) les da un apoyo”, dijo.

Para Macellari, salir en tres años de una quiebra es casi un tiempo récord en relación al tiempo que habitualmente lleva este tipo de trámites.

La espera y los agradecimientos
Mientras esperaban, Ramón Arias, actual síndico, valoró el trabajo de la abogada que los acompañó todo este tiempo y del Juzgado donde se tramitó la quiebra. Macellari explicó que hubo varios factores para lograr este resultado. “No sólo mi trabajo, éste es un grupo muy fuerte, resistieron muchas situaciones difíciles y siempre con las puertas abiertas”, agregando la actuación del juez Oroño que “interpreta muy bien lo que dice el Código Civil y Comercial de la Nación sobre el rol que tienen de justicia social. Tal es así, que en la sentencia que desencadenó en todo esto aplica el artículo 1710 (del Código Civil y Comercial de la Nación) que dice que toda persona tiene el deber de ser justo y aplicar medidas razonables mirando el entorno. En ese artículo basó su fallo y creo que es una mirada muy integral de un juez, lo que no es común”, refirió.

Fuente: El Ciudadano y la Región (Rosario), editado por la Cooperativa de Trabajo La Cigarra.