La Salamandra, autogestión que crece a «dulce de lucha» y ampliación de producción

Los trabajadores que administran el establecimiento La Salamandra continúan con el proceso de recuperación en el distrito de Exaltación de la Cruz, Provincia de Buenos Aires. A semanas de finalizar el 2017, destacaron que fue un buen año de trabajo, durante el cual ampliaron la línea de productos.

En las etiquetas se destacan tres grandes letras: dos D y una L. Las siglas son casi obvias, pero el cronista igual pregunta. “Significa dulce de leche, pero nosotros decimos que también significa dulce de lucha”, respondieron dos de los 16 responsables de darle contenido a esos envases.

En un campo cercano a Torres, ya en el municipio de Exaltación de la Cruz, una fábrica estuvo a punto de sufrir el desenlace habitual que deviene cuando sus dueños deciden vaciarla y levantar campamento. En noviembre de 2014, el Grupo Indalo, del empresario Cristóbal López, intentó la maniobra en la fábrica La Salamandra, famosa por su exquisito dulce de leche, entre otros productos lácteos. Aunque los niveles de producción eran buenos, las máquinas se pararon de un día para el otro.

Sin embargo, el desenlace fue distinto. Un año después del inesperado freno, los trabajadores que mantenían guardia en el lugar para impedir que el sector patronal retirara las máquinas, resolvieron pasar al contraataque y conformarse en cooperativa, con el respaldo del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra).

El 2016 los encontró a cargo de las primeras producciones, una tarea que estuvo rodeada de dificultades varias, pero que los trabajadores, ahora sin patrón, pudieron sobrepasar.

Fortalecidos

Néstor Barbosa es el presidente de la cooperativa: “Fue un año positivo, de crecimiento de la cooperativa, a pesar de los problemas generales de venta que existen. En total somos 16 trabajadores, pero estamos involucrados con mucha otra gente, como feriantes. Incorporamos tres personas más hace algunos meses, más un compañero técnico en industrias lácteas encargado del laboratorio”.

Además de la venta a comercios, los productos de la ex La Salamandra circulan en ferias localizadas en puntos como Mataderos, Pilar o Parada Robles. La cooperativa pudo adquirir un vehículo para el reparto.

El crecimiento de la cooperativa también se traduce en la ampliación de productos elaborados por manos trabajadoras sin patrón. En algunos casos, son líneas que la fábrica sacaba a la venta durante su etapa anterior. En otros, resultan completamente nuevos, como el dulce de leche con ron, una verdadera delicia que los trabajadores convidaron al equipo periodístico de este medio como para despejar cualquier duda sobre su excelente calidad.

También lograron reactivar la línea de quesos: “Cuando arrancamos era muy difícil conseguir la leche. Era el principal problema que afrontamos. Luego eso se fue resolviendo. Algunos productos ya se hacían en la anterior etapa, pero también incorporamos otros. Al haber más leche empezamos con la línea de quesos”.

Además del tradicional dulce de leche, se produce mozzarella, queso cremoso, ricota y bocconcini, entre otros. Esperan, pronto, poner a la venta provoleta, producto que todavía se encuentra en proceso de prueba.

Barbosa destacó que “si bien fue un año de crecimiento, todavía falta mucho, estamos con una capacidad de producción del 10 por ciento con respecto a lo que producía la fábrica anteriormente”. El presidente de la cooperativa recordó que esas dificultades tienen que ver con el hecho de que “nosotros somos todos laburantes, no contamos con capital, vamos de a poco”.

Raúl Berón es el tesorero. Con la experiencia en marcha, analizó fortalezas y dificultades. “Nuestra principal fortaleza son las ganas de crecer y de progresar que tiene cada uno de los compañeros. Eso está bueno canalizarlo y hacer lo mejor posible”.

Los dos principales desafíos: “Superar la inexperiencia y la falta de capital. Nosotros éramos todos trabajadores de producción, ninguno se encargaba de las ventas. Tuvimos que aprender a hacerlo. Lo mismo con la administración. Aprendemos día a día. Las ganas de crecer están. Lo que más cuesta es el financiamiento, pero le vamos buscando la vuelta”.

En cuanto a la situación legal de la planta, los trabajadores contaron que no volvieron a tener novedades, luego de las reuniones ocurridas en 2015 y 2016. Barbosa recordó que “el año pasado y el anterior tuvimos reuniones con el grupo empresario donde llevamos propuestas, pero ahí no se resolvió nada”. El presidente de la cooperativa explicó que “hoy la situación es que no tenemos un panorama claro, nosotros seguimos por el camino de consolidar la cooperativa, afianzarnos y darle para delante, porque lo único que buscamos es laburar”.

Calidad y proyectos

En noviembre, la Cooperativa de Trabajo La Salamandra fue reconocida en la Fiesta Provincial del Dulce de Leche, realizada en Cañuelas: “El año pasado habíamos participado con la intención de establecer vínculos y conocer mejor el mercado, también para poder abrir nuevos puntos de ventas. En esa oportunidad sacamos un primer premio familiar, elegido por el público, y el segundo puesto en dulce de leche repostero. Este año sacamos el primer puesto en dulce de leche repostero. Nos pone muy contentos que podamos lograr esas cosas, porque quiere decir que seguimos trabajando con la misma calidad. Demuestra que no necesitamos la mano de un patrón para hacer productos buenos y de calidad”, expresó Barbosa.

De cara al próximo año, el gran desafío es incrementar la producción, lo que demandará también aumentar los puestos de trabajo. Para eso ya existe articulación con la Universidad Nacional de Luján y el Ministerio de Trabajo. Los trabajadores apuestan a lograr un 25 por ciento de la capacidad instalada.

La otra iniciativa consiste en habilitar un local de expendio directo en la ciudad de Luján, donde también puedan ofrecerse productos alimenticios de otras cooperativas. Llegar de manera directa a los potenciales consumidores como forma de torcer, aunque sea un poco, el mercado manejado por las grandes marcas. Esa es la idea.

Berón aprovechó la oportunidad para dirigirse a otros trabajadores: “En estos momentos difíciles para los trabajadores, queremos dar el mensaje de que hay una salida aparte de quedarse en la calle y cobrar la indemnización, que es recuperar la fábrica y defender los puestos de trabajo, porque los empresarios no van a perder nunca. No es solución cobrar una indemnización”.

Fuente: El Civismo (de Luján).