Acampe contra el vaciamiento, nuevo capítulo de la lucha por la autogestión en Adán Buenosayres

Desde la noche de este último miércoles 26 de julio, los trabajadores y trabajadoras de la librería porteña Adán Buenosayres acampan frente al local del negocio para evitar su vaciamiento y sostener su proyecto de autogestión para conservar sus fuentes laborales. El acampe llega luego de las denuncias de los trabajadores contra David Esteban De Vita, propietario de la librería que en principio se presentó públicamente como impulsor de la cooperativa. Según los empleados, De Vita quiso estafarlos y hasta agredió físicamente a una trabajadora de 19 años.

Llamativamente, el diario conservador La Nación anunciaba a fines de junio de 2016 que «la librería Adán Buenosayres no cierra: se convierte en una cooperativa”. Raro que el portavoz de los grupos hegemónicos de nuestro país auspiciara el trabajo autogestionado. La trampa saltó con pleno perjuicio para los trabajadores.

En ese entonces, De Vita, propietario de la librería, anunciaba en su perfil de Facebook que “Adán Buenosayres Libros será un espacio más de la economía social. Daremos en adelante los pasos que sean necesarios para convertirnos en una cooperativa de trabajo. ¡Adán Buenosayres no cierra!».

Según trasmitieron los trabajadores, el primer domingo de ese mes de junio realizaron una reunión especial al cierre del horario comercial en la que analizaron las ventas, que daban una situación superavitaria para la empresa, cuestión que no percibían los flacos bolsillos de los trabajadores cooperativizados.

“La librería no estaba siendo rentable porque David De Vita, dueño de la librería e impulsor del proyecto cooperativo pagaba deudas personales con la plata de la cooperativa. Nuestra plata, la de los trabajadores”, denunciaron los trabajadores.

El clima de la reunión se enrareció totalmente cuando una de las compañeras expresó un rumor inexplicable: De Vita habría vendido el fondo de comercio de la librería que había cedido como capital inicial para constituir la cooperativa -acuerdo de partes por el cual se eximía de abonar las indemnizaciones a los trabajadores que debería despedir en caso de cierre-, lo cual estaba documentado en el acta constitutiva de la Cooperativa de Trabajo Adán Buenosayres Libros.

Verificada la artimaña, le pidieron la renuncia a la Cooperativa, que fue refrendada por el conjunto de los asociados. Antes de retirarse del lugar, De Vita fue hasta la caja registradora, extrajo toda la plata que había en ella, la guardó en su bolso y empezó a gritar: “Yo soy la cooperativa. Sin mí no existe la cooperativa”.

Un violento

Para completar la fatídica noche del 4 de junio, después de haberse retirado, regresó y les ordenó que se retiraran del local. Ante la negativa de los asociados, «golpeó a Lucía Fanesi, de 19 años, revoleando una mochila al cuerpo y pegándole un cachetazo”.

En la comisaría, efectuaron la correspondiente denuncia por violencia laboral y brindaron los testimonios correspondientes. David De Vita quedó demorado toda la noche por violencia y agresión a la joven trabajadora, que lo denunció penalmente por violencia de género.

El lunes 5, cuando acudieron a la librería, se encontraron con la desagradable sorpresa de que habían cambiado los candados de la persiana.

Los trabajaron hicieron las denuncias “ante el Inaes, la Afip y frente a diversas organizaciones sociales, políticas y del sector cooperativo que al igual que nosotros fueron estafados en su buena fe por De Vita. Él lo único que pretendió y pretende es evadir el pago de impuestos, cargas sociales, sueldos, aguinaldos y registrarnos correctamente como sus empleados”.

 

A sus diversos reclamos, desde la noche del miércoles 26 de julio los trabajadores y trabajadoras sumaron el acampe frente al local de avenida Corrientes 1671. Entre las novedades que tuvieron en cuenta a la hora de decidir la medida, remarcaron que De Vita lanzó una nueva promoción mediante la cual pretende liquidar los libros y hacerse así de efectivo.

En sus reclamos, los integrantes de la cooperativa cuentan con el apoyo de diversas organizaciones de empresas recuperadas y trabajadores autogestionados

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