En Las Flores, trabajadores de GGM van por la autogestión modelo Textiles Pigüé

“La idea de la cooperativa se fortalece cada vez más porque no hay otra alternativa”, dicen los trabajadores de la empresa textil GGM, que desde marzo dejó de operar en su planta de la ciudad bonaerense de Las Flores y dejó también de pagar los salarios a sus 290 empleados, quienes permanecen en una casilla frente al acceso para evitar un vaciamiento de las instalaciones.

La fábrica textil de Las Flores pertenece a Guillermo Gotelli, empresario que se la quedó hace 13 años luego de la quiebra de Gatic, la firma que producía, calzados y prendas de marcas como Adidas, famosa por lo de sus tres tiras. En aquel momento, Gotelli también quiso quedarse con la planta de Gatic en otra ciudad bonaerense, Pigüé, pero allí los operarios prefirieron el camino de la autogestión. Hoy, en Las Flores recuerdan aquello desde esta realidad durísima: “En aquel momento nosotros no nos animamos a la cooperativa; y ahora mirá, estamos en lo mismo”, resume José Pedamonte, miembro de la comisión directiva del Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA), proveniente de la fábrica sumida en el abandono y la incertidumbre en cuanto al futuro.

La paralización en marzo fue corolario de un largo conflicto por incumplimientos de la patronal cada vez más onerosos para los trabajadores. Y en ese devenir, el Ministerio de Trabajo de la provincia jugó un rol “horrible, dilatando todo de reunión en reunión y sin apurar nunca el empleador”, hasta llegar a este presente en el que Gotelli “no aparece; y tampoco hay otro empresario interesado”, resumieron en Las Flores, ciudad de unos 21 mil habitantes ubicada 200 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires, sobre la ruta 3.

En cuanto a la cooperativa como salvación, la iniciativa tiene el visto bueno de las autoridades y la comunidad locales, donde la paralización de GGM impacta en la economía tanto por la situación de los trabajadores directos -que solo están percibiendo subsidios del programa Repro- como indirectos, tal el caso, por ejemplo, de los de la empresa que les proveía las suelas para los calzados que se fabricaban.

Incluso, el intendente Ramón Canosa, que pertenece a la Unión Cívica Radical en Cambiemos, se sumó en junio a un corte de la ruta nacional 3 que impulsaron los obreros textiles para llamar la atención, aunque «tuvo muy poca repercusión en los medios de Buenos Aires», lamentaron.

Además, el jefe comunal participa de gestiones y contactos con autoridades provinciales del Ministerio de Producción y su área de cooperativas y también del vínculo que los trabajadores de GGM establecieron con sus pares de la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé (CTTP), aquellos que en su momento apostaron a la autogestión en lugar de a Gotelli.

Así fue que en la primera semana de este mes de julio, 4 trabajadores de GGM viajaron hasta Pigüé para ver directamente cómo funciona la cooperativa. Y la semana siguiente el director de la CTTP, Francisco Martínez, visitó Las Flores y ratificó el respaldo al proyecto de recuperación de la empresa.

“Nosotros vamos desplegando todas las posibilidades, y la de elllos es una buena experiencia, exitosa”, explicó Pedamonte los contactos con Textiles Pigüé. La intención de avanzar con la autogestión para recuperar la empresa también es respaldada por la Red Textil Cooperativa (RTC), integrante de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), desde la que justamente se señaló el emparentamiento entre lo que pasa ahora en Las Flores y lo que pasó en Pigüé. “En nuestras espaldas llevamos años de autogestión y la experiencia de empresas sociales que generan trabajo genuino. Es el caso de la Cooperativa Textiles Pigüé, fábrica quebrada por el mismo Gotelli que hoy pretende dejarlos en la calle, recuperada por sus trabajadores, que hoy sostienen la producción. Los casos son muchos y se repiten a lo largo y a lo ancho de nuestro país. Se puede vivir de una cooperativa. Confíen en nosotros, que vamos a acompañarlos en este desafío que inician hoy”, afirmó Joaquín Fernandez Sancha, presidente de la RTC consejero de la CNCT.

Ahora, lo que hay que resolver es de qué modo los trabajadores de Las Flores se quedan con la planta y las maquinarias. Y en esto es decisiva la actitud que sostengan las autoridades políticas. La planta y las máquinas tienen, obviamente, su valor. Pero también es millonaria la deuda de Gotelli con los empleados y con proveedores y prestadores de servicios, como el propio Estado en sus distintos niveles y empresas y entidades de la localidad, como la cooperativa eléctrica, acreedora por 2 millones de pesos. En principio, el intento de las autoridades y los trabajadores es llegar a un acuerdo con la patronal que evite la vía judicial, por la que de todos modos los empleados tienen la carta del pedido de quiebra con continuidad en manos de la cooperativa.

Fotos: Noticias Las Flores

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