En Villa María, cooperativismo y cultura del trabajo promovidos desde las escuelas

En la cooperativa de trabajo Comunicar, editora del Diario del Centro del País, de la ciudad Villa María, sostienen un vínculo muy firme con la educación y el cooperativismo escolar. Los trabajadores autogestionados del matutino del interior cordobés apadrinan una pequeña escuela rural, la Julio Argentino Roca de Monte Los Lazos, donde son mayoría entre los alumnos niños y niñas de una comunidad boliviana, que provee mano de obra a ladrillerías y quintas de la región. Y también colaboran activamente con dos cooperativas escolares en entidades educativas del nivel medio, que además de difundir los valores solidarios sostienen proyectos productivos que promueven la cultura del trabajo.

La precursora en esa impronta del cooperativismo escolar fue Veracoop, del instituto de nivel medio 99 Rosario Vera Peñaloza, en el año 2001. Y en el 2006 se sumó la cooperativa Don Abraham, del instituto 56 Abraham Juárez.

En la conformación y continuidad de estas cooperativas es clave la labor de un docente, Marcelo Coppari, además directivo del instituto 147 Manuel Anselmo Ocampo, y coordinador hasta hace poco tiempo de Veracoop, de la que resalta que “nacieron en el año de mayor crisis de la República Argentina».

“En ese contexto, con un grupo de alumnos de sexto año de la orientación en Alimentación, decidimos darle forma tan solo con un par de ollas pero con un espíritu inquebrantable, a un movimiento cooperativo que fue de vanguardia en lo escolar”, recordó Coppari. “Veracoop fue la primera cooperativa escolar que se constituyó en la ciudad de Villa María. Veíamos en el proyecto una recreación de todos los valores cooperativos pero desde la escuela”, subrayó.

“Todos esos alumnos que conmigo veían la práctica administrativa, de marketing y comercialización, todos aspectos de estructura organizativa, pasaban a la unidad productiva. Los primeros productos elaborados eran dulces de manzana, pera y otras frutas que conseguíamos gracias a las gestiones hechas en el Mercado de Abasto”, agregó.

“La cooperativa encontraba mucho eco en la gente que donaba paquetes, etiquetas y otros elementos. Hoy el Vera Peñaloza fue diversificando la producción y beneficiándose de las políticas públicas que fueron apareciendo después de 2001”, manifestó el entrevistado.

“La primera medida que benefició a la escuela fue la de contar con una estructura productiva para panificación, específicamente un horno rotativo. Lo que antes se hacía en un dispositivo reducido pasó a hacerse en algo a gran escala”, destacó.

“Con el tiempo apareció la segunda unidad de producción relacionada con la producción de helados. En concreto, se consiguió una máquina completa y absolutamente con todos los insumos y partes para la fabricación de cremas heladas”, relató Coppari.
“En la actualidad se está trabajando con el área de chacinados”, anexó.

“Las dos cooperativas tienen un importante recorrido en este ámbito y resultan un aporte distintivo para los jóvenes que las integran, ya que entendíamos que en cuarto año los estudiantes debían consolidarse en la orientación, en quinto la meta era que atraviesen la experiencia y en sexto, ya con otra expectativa, podían acompañar el trabajo”, sostuvo para concluir.

Fuente: Cooperativa Comunicar – El Diario del Centro del País, Villa María.

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