En Río Colorado, trabajadoras textiles que quieren poder crecer aún en medio de la crisis

Nosotras Podemos se llama la cooperativa de trabajo de confección de prendas y costura que, en Río Colorado, provincia de Río Negro, conforman siete mujeres dispuestas a no darse por vencidas. Pese a la situación actual, intentan fortalecerse y capacitarse, basándose en los principios del trabajo cooperativo, fundado en el compañerismo y el apoyo mutuo. Y tienen como principales objetivos contar con un local más amplio, tanto para la producción como para la venta al público.

“El trabajo que no realiza una de las socias, otra socia lo realiza o la ayuda”, sostienen. Y definen así la impronta de la la cooperativa que estas vecinas riocoloradenses comenzaron a forjar en 2012, a partir de una serie de cursos de corte y confección.

Al momento de iniciarse en la economía social, Nosotras Podemos estuvo integrada por 14 socias y como cooperativa los primeros trabajos que se realizaron tuvieron que ver con la confección de la ropa de grafa para 10 cooperativas de mujeres de construcción de viviendas, a quienes les fabricaron 320 prendas entre camisas y pantalones.

Cinco años atrás, distintos cursos de corte y confección a cargo de las capacitadoras Nora Nahuelcura y Rita Bertolini fueron el ámbito propicio para la conformación de una cooperativa. Con la idea de afrontar los problemas económicos que tenían, les mujeres se congregaron bajo el lema de “Nosotras Podemos”.

La actualidad las encuentra a Rita y a Nora como asociadas junto a Norma Soto, Graciela Alvarado, Analia Burtre, Belén Vilches y Gladys Imaz, realizando trabajos de confección de ropa en la Comarca del Colorado. Ellas mismas acondicionaron en mayo de 2013 el salón donde se instalarían, que consiguieron por medio de la gestión del área de acción social comunal de ese entonces. Ya en octubre se lanzaron con la fabricación de la ropa de grafa para las cooperativas de construcción de mujeres y de ahí en más, la rueda no paró, ingresando pedidos de trabajos para escuelas, instituciones y particulares, sobre todo para confección de delantales.

La maquinaria que utilizan tuvo su origen en distintos programas sociales, tanto de orden nacional como comunal. “Así hasta el día de hoy”, indica Gladys Imaz: “Contamos con un plantel de máquinas muy completo, que va desde una bordadora industrial, una ojaladora recta, cortadoras de tela, una collareta, máquinas doble agujas y tapiceras”, enumera. El contar con esas máquinas de tecnología moderna suma, pero no impide que una de las socias, Rita Bertolini de 72 años, siga utilizando su máquina Singer a pedal.

Cuesta arriba

Si bien nunca dejaron de estar en actividad, actualmente están tratando de mantener la cooperativa, puesto que “los trabajos no son muchos, solo los particulares del pueblo”, señala Gladys. Entre las dificultades mayores que enfrentan es la de no disponer de clientes regulares y la falta de continuidad de algunos proveedores respecto de la materia prima, consecuencia de la apertura de importaciones. Tampoco las favorecen los elevados costos de transporte para la salida de los productos confeccionados por ellas a otras latitudes.

Peso a ello, el objetivo trazado es el de contar con un local de venta al público de telas y artículos de mercería, además de realizar trabajos referidos puntualmente a la confección de prendas como delantales, ambos, chaquetas médicas, ropa colegial. Aspiran a un local propio, de mayores dimensiones, también para ubicar algunas máquinas que aún están embaladas y no hay podido usar, como por ejemplo, una estampadora.

 

Fuente: Cooperativa Ecomedios, Bahía Blanca.

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