En Patagones, la CTA y El Progreso tiran juntos para el lado del trabajo autogestionado

Pese a la caída de la demanda del sector público, la cooperativa de trabajo El Progreso se sostiene en su rubro de la construcción con fuerte apoyo de la CTA de Carmen de Patagones, que promueve la realización de viviendas y obras de infraestructura urbana.

En el marco del Argentina Trabaja, un grupo de trabajadores de la construcción de la ciudad más austral de la provincia de Buenos Aires vio la posibilidad de llevar con dignidad el pan a la mesa familiar. La Cooperativa El Progreso inició sus actividades a fines de 2011 con la construcción del Centro Integrador Comunitario (CIC) en la intersección de las calles Sor Vallese y Domingo de Oro, de Villa Lynch, que se inauguraría en 2013.

“Trabajamos tres cooperativas en ese momento, conformadas en Patagones en el marco del Programa de Inversión Social (Pris) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, una de ellas era Cahuín, otra, Patria Justa, y nosotros El Progreso”, cuenta Alejandro Álvarez, presidente de la cooperativa.

Mate de por medio, remarca que la finalidad del proyecto era que al terminar la obra, las cooperativas tuvieran la posibilidad de sostenerse en el tiempo de forma independiente.

Al iniciar la actividad, se encontraron con algunas dificultades de funcionamiento, hasta que pudieron capacitarse respecto de la organización cooperativa. Esa capacitación fue posible en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Patagones y se mantuvieron en el tiempo de forma organizada.

“Trabajando nos dimos cuenta de que estábamos en una cooperativa, que no teníamos ni los conocimientos básicos; y después fue que llegamos a la CTA a través de Nicolás García, con talleres y cursos que se dictaban allí, como soldadura, por ejemplo, y se daba el primer año de Cooperativismo. Nos explicaron cómo era una cooperativa, las ventajas y desventajas”, explica Alejandro.

La edificación del CIC, ese primer trabajo de construcción compartido con las otras dos cooperativas, se tradujo en un edificio de 850 metros cuadrados. Hoy el centro funciona de mañana para atención primaria de salud y también atención social. Por la tarde hay actividades comunitarias -como cursos de capacitación en gastronomía, orquesta y apoyo escolar- y otras actividades.
La obra tiene forma de “L” y un ala tiene consultorios, varios baños, salas de espera. El otro ala tiene tres aulas grandes y un salón de usos múltiples de unos 150 metros cuadrados. “Es una obra importante que se hizo con un presupuesto muy justo, teniendo en cuenta que la mano de obra fue irrisoria, en ese momento fue de poco más de 1.500 pesos por compañero, pero en ese momento nos servía. No alcanzaba, pero ayudaba”, comentan desde El Progreso.

El cooperativismo, una forma de vivir

La obra demandó dos años de trabajo y los primeros seis meses los miembros de la cooperativa dedicaban no solo el tiempo de trabajo de construcción diario, sino que se capacitaban en la CTA sobre cooperativismo. Así, mientras trabajaban en el CIC ya aplicaban los conocimientos de cooperativismo y pudieron reorganizar la cooperativa.

Las cooperativas de construcción de Patagones se iniciaron en ese entonces con 15 socios cada una aproximadamente. Hoy El Progreso cuenta con 17 asociados, de los cuales 8 son miembros fundadores. “Seguimos la mayoría. Llevamos al día la contabilidad, hacemos un trabajo muy fino, elegimos Consejo de Administración todos los años. En aquel entonces éramos una de las pocas cooperativas que teníamos sus balances al día”, resalta el presidente.

Y reconoce: “Nos ayudaron las capacitaciones, nos formamos y seguimos laburando acá en CTA. Somos una cooperativa de CTA. Estamos trabajando con Coopteba y realizamos con ellos un total de 25 viviendas. Arrancamos haciendo cuatro casas, nos anexaron tres más, después nueve y después trece más. Hacemos todo el trabajo, desde las bases hasta la entrega final. También podemos hacer la pintura, pisos, pero son extra”, señala.

Según define, “Coopteba Patagones es una Cooperativa de Viviendas promovida desde la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Está constituida por un grupo de personas con el objetivo de satisfacer una necesidad concreta: acceder a una vivienda digna”

Fuera de la agenda oficial

Hoy en día, los miembros de la Cooperativa El Progreso no solo trabajan en la construcción sino que desarrollan una función social, entre sus miembros y también en los proyectos de CTA, como el acceso a un lote o a la vivienda.

También realizan colaborativamente las capacitaciones, a través del Centro de Formación Profesional. Además de ser socios y compañeros de obra, viven en un radio muy cercano, se conocen en su gran mayoría y tratan de ayudarse en lo económico y en lo social, siempre a través de la cooperativa. Justamente, comenta Alejandro, “hace días un compañero sufrió un siniestro y se le prendió fuego la casa, estamos viendo cómo lo podemos ayudar”.

En los últimos meses incorporaron nuevos emprendimientos como la realización de obras de cordón cuneta -a través de Coopteba-, pero por la desinversión en obra pública, se cayó el circuito laboral que sí tenían las cooperativas de construcción durante el gobierno anterior. “Compramos moldes, que son costosos, y estamos trabajando para Coopteba, es la primera obra de cordón cuneta que realizamos. Desde que cambió el gobierno (municipal) no nos han llamado ni para hacer tres metros de vereda. Con el gobierno anterior se estaba haciendo un buen circuito laboral. Se hicieron muchas obras antes, hacíamos reparaciones de escuelas, ampliación de la escuela 2, escuela 21, escuela secundaria Malvinas y para Obras Públicas se hicieron obras de Salud, en un centro de atención primaria. Terminamos dos playones deportivos en un lapso de tres meses. Veníamos haciendo varios trabajos para la comuna, pero se terminó”, lamenta el presidente de El Progreso.

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