En La Rioja, trabajadores ponen la garra de la autogestión para reabrir una planta de Puma

Con respaldo de otras empresas recuperadas y cooperativas de trabajo, más de 40 trabajadores y trabajadoras de la planta de la empresa Puma en Sanagasta, La Rioja, esperan una pronta respuesta del Estado provincial para reiniciar la producción desde el camino de la autogestión. La pretensión de los operarios es que el gobierno riojano acuerde con Puma que la maquinaria de la fábrica cerrada hace dos meses quede a su disposición. El predio y el amplio galpón son propiedad del municipio de Sanagasta, que ya asumió el compromiso de cederlo en comodato a la cooperativa que formaron los trabajadores. El pedido de los laburantes logró en los últimos días eco positivo en las autoridades provinciales riojanas. Tanto el gobernador Sergio Casas como la ministra de Desarrollo Social, Griselda Herrera, expresaron públicamente que van a respaldar la continuidad de la producción en la planta.

Lo que se espera ahora es que surjan resultados de la negociación entre el gobierno riojano y la empresa, que cerró la fábrica de Sanagasta pero todavía mantiene abiertas las de la capital provincial y Chilecito, aunque en ambas hubo despidos y reducción de actividad.

El objetivo es que el Estado adquiera las máquinas de la fábrica cerrada y las ceda, a través de un comodato o algún otro tipo de acuerdo, a la cooperativa. Y que a medida que se retome la actividad y la generación de ingresos, los trabajadores puedan comprar en cuotas la maquinaria y dar un paso muy firme para el desarrollo de la empresa autogestionada. En la planta que se quiere reactivar, puede producirse una amplia gama de calzados y prendas de alta calidad.

Por lo pronto, hay una empresa privada interesada en adquirir producción de la cooperativa. Está también el apoyo estatal. Pero además, los laburantes de Sanagasta recibieron un respaldo de enorme potencialidad: el de sus pares que ya llevan un trayecto importante en esto de la recuperación de empresas y la autogestión.

Puma y Adidas

El lunes 22 de mayo bien pasado el mediodía, llegaron hasta la carpa montada frente a la fábrica de Sanagasta integrantes de dos federaciones, Fadiccra y Actra, quienes expresaron personalmente su apoyo y se sumaron al esfuerzo colectivo que se pone en la construcción de cada nueva empresa recuperada. En este sentido, los riojanos ganaron aliados de enorme potencialidad, como la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé, que recuperara la planta en esa ciudad bonaerense que perteneciera a la empresa Gatic, la que producía Adidas. Puma y Adidas, todo un clásico en las ligas de las marcas deportivas, aquí unidas por la autogestión como nuevo camino.
“Quedamos en que un grupo de cuatro compañeros de Sanagasta van a viajar a Pigüé para conocer nuestra fábrica, ver cómo trabajamos, qué podemos hacer juntos”, informó Francisco Martínez, referente de la cooperativa que recuperó la planta que fuera de Gatic. “Vamos a volver las veces que haga falta para apoyar a los compañeros. Nosotros impulsamos tener una empresa eficiente, con buena imagen ante el Estado y el mercado, con vínculos con las universidades, con calidad en la producción. Y sobre todo con una visión, la de compartir, la de vincularse con la comunidad solidariamente, la de que la rentabilidad vaya a las fuentes de trabajo, la de que jamás el mercado decida la suerte de un trabajador”, expresó Martínez, quien también es secretario de la Federación Actra (Autogestión, Cooperativismo, Trabajo). En la planta de Pigüé los trabajadores asociados en la cooperativa son 140 y la actividad y los salarios se sostienen aún en el actual contexto, signado por la caída de ventas debido a la recesión y la apertura de importaciones, argumentos que Puma esgrimió para intentar justificar el cierre.

Martínez llegó hasta La Rioja invitado por la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos (Fadiccra), cuyo presidente es Julio Delgado, de Copegraf, que edita el diario El Independiente, el de más circulación en La Rioja.

Martínez, Delgado y los representantes de una decena de cooperativas de Fadiccra que llegaron hasta Sanagasta, pudieron dialogar sobre la situación de la fábrica cerrada directamente con el gobernador y la ministra de Desarrollo Social.

Con Griselda Herrera se reunieron el mismo lunes 22, en la sede de El Independiente. Del encuentro participaron también el subsecretario de Economía Social, Guido Varas y el director de Asociativismo y Cooperativismo, Alejandro Quintiero. Allí, en el marco de un posterior repaso general de la realidad de las cooperativas y la economía social, se abordó la conflictiva situación en Sanagasta, localidad de cinco mil habitantes donde la preocupación por los puestos de trabajo cala hondo. Herrera adelantó que el gobierno riojano apoya el intento de preservar las fuentes de trabajo y que se negocia con Puma la cuestión de la maquinaria.

 

Al día siguiente, el que ratificó el respaldo oficial fue el propio gobernador Sergio Casas, quien recibió a Fadiccra y Actra en su despacho, momentos antes de encabezar un acto de entrega de aportes a emprendedores y entidades de la economía social. “Prometemos defender y ponernos al lado del empleado, como lo hacemos al ponernos del lado de quienes se quedaron sin trabajo en Sanagasta”, dijo Casas, en el discurso que pronunció durante el acto público en la Casa de Gobierno riojana, que reavivó la esperanza en los hombres y mujeres que esperan en la carpa montada frente a la fábrica.

Sin palabras

“Un día llegó el gerente y nos dijo que se cerraba la empresa, que nos quedábamos sin trabajo. Hoy hace dos meses que estamos luchando, sin trabajo”, contó Víctor Fuentes, uno de los operarios de la fábrica de Sanagasta. “Nos quedamos sin palabras, nos mirábamos unos a otros. Yo esperaba que él hable, siempre estaba dispuesto a decir algo, y él también se quedaba sin palabras”, relató sobre Fuentes una de sus compañeras de trabajo diario durante casi tres décadas. Los operarios y operarias del establecimiento de Puma en Sanagasta recuerdan la triste jornada del cierre, en marzo pasado, y les cuesta controlar sus emociones. La empresa les pagó las indemnizaciones, pero bien saben de aquello de pan para hoy, hambre para mañana. Por eso insisten con el proyecto de reabrir a través de la cooperativa de trabajo que conformaron. “Lo único que queremos es volver a trabajar”, dijeron una y otra vez.

Fuentes: Fadiccra y Cooperativa La Masa (Redacción Rosario – El Eslabón)

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