Víctor Hugo, Apo, Canillan, Arcapalo y un equipazo con la camiseta del cooperativismo

Foto: Manuel Costa | El Eslabón

Tras perder sus fuentes laborales, y viendo lo complicado que se había puesto volver a insertarse en los medios después de haber formado parte del equipo de Víctor Hugo Morales, identificado completamente con el gobierno anterior, varios de los compañeros de ruta del uruguayo idearon la posibilidad de seguir narrando los partidos de fútbol y poder llegar a los oídos de la gente aprovechando las nuevas tecnologías y organizándose como cooperativa de trabajo. Así nació la novedosa aplicación Relatores, que ya juega con la camiseta de la autogestión.

Hay equipo

El plantel de periodistas deportivos que capitanea Víctor Hugo, está integrado por Alejandro Apo, Matías Canillan, Jorge Arcapalo, Leandro Illia, Maxi Giuliboni, más algún otro refuerzo que se puede sumar, como los comentaristas Alejandro Fabbri y Viviana Vila.

Una vez confirmado el equipo, saltaron a la cancha bajo una misma bandera, la del cooperativismo, entendiendo que “el fútbol como deporte es cooperativo” y que “esta forma de trabajar y llevar adelante este proyecto se identifica con el espíritu que queremos transmitir: un esfuerzo colectivo que redundará en un beneficio para muchas personas y donde el acento no está puesto en la obtención del lucro”, explica Matías Canillan.

Después cuenta que la forma autogestionada de emprender este proyecto “fue en lo primero que pensamos e hicimos”, y sigue: “Nos asesoramos para ver la mejor forma en que podíamos encarar todo lo que venía, averiguamos cómo era la figura de cooperativa, los acuerdos comerciales. Cumplimos con todos los pasos administrativos para estar en regla con todo”. Así, se conformó la cooperativa de trabajo Relatores.

El periodista de Munro destaca el hecho “de hacer todo de manera muy artesanal y entre nosotros”, y celebra: “La repercusión está siendo muy buena, a nivel periodístico es muy interesante”.

En el transcurrir de las fechas, Matías confiesa que el equipo de VH “va de menor a mayor” debido al “desarrollo que necesitamos para poder expandirnos”, y explica que “por eso hacemos solamente los partidos más importantes de sábados y domingos”, y por el momento, alejados de uno de sus lugares en el mundo, las cabinas de transmisión: “No vamos a la cancha sino que montamos los equipos en un departamento y hacemos los partidos mirándolos por la tele, porque no tenemos alternativas ni plan B si se nos llega a caer la línea principal, y si estamos en la cancha y nos pasa eso quedamos fuera de aire”.

De todas maneras, el periodista adelanta que la nueva incorporación será de “elementos necesarios para poder transmitir desde los estadios sin que puedan surgir inconvenientes insalvables, e incluso ya estamos gestionando las cabinas y toda la parte burocrática de las canchas para poder estar”.

Ta ta ta ta app

“Esto arrancó hace un año, y coincidió con nuestra salida de (Radio) Continental”, cuenta de entrada el relator Matías Canillan, y detalla: “La gente que estábamos con Víctor Hugo, después de tratar de insertarnos en otros medios y confirmar lo difícil que iba a resultar, sobre todo a raíz del cambio de paradigma en la manera de hacer periodismo deportivo que hubo, y en el que nosotros evidentemente no estábamos incluidos, apareció la idea de crear una App para teléfonos móviles y tablets, y una página web para que todo el mundo pueda acceder y de esa manera poder seguir haciendo lo que hacíamos, sin la necesidad de ser rehenes de un medio que nos contratara”.

Tras comprobar que no había antecedentes en el mundo de una app exclusiva para relatos de fútbol, se lanzaron a la aventura. “Tardó mucho en poder desarrollarse, porque sobre todo está hecho muy a pulmón”, indica.

El alumno y el maestro

De pibe, en su Munro natal, Matías Canillan ya escuchaba por radio los relatos de Víctor Hugo. El mundo de la redonda comenzó a enamorarlo desde temprana edad, contagiado por una familia muy futbolera. Pero su fanatismo no se veía reflejado dentro de una cancha, sino que lo suyo era una cabina de transmisión. «Yo quiero ser esto», cuenta que le dijo a sus padres con apenas 6 ó 7 años. “A esa edad uno también puede decir que quiere ser astronauta, y después no se hace astronauta”, reconoce, y añade: “Pero yo estudié y me recibí”.

Ante varias “decepciones” por no encontrar laburo después de repartir curriculums, decidió volver a la facultad, pero para estudiar Sociología. “Estaba podrido de recorrer radios y redacciones, y que nunca me llamaran”, confiesa.

Curiosamente, quien unió sus destinos con el ídolo y máximo referente de la radiofonía, fue su madre. “Mi mamá, viendo que se moría mi sueño y sin decirme nada, le escribió una carta a Víctor Hugo y se la mandó a la radio. Increíblemente, VH llamó a casa y dijo que me quería conocer, fui a la radio y después de una charla me hizo entrar a Por deporte, un programa que tenía los sábados al mediodía. De a poquito me fui metiendo en la producción, luego pasé a Competencia y ya empecé a tener participación en la mesa e incluso hice estudios centrales en un par de transmisiones”, rememora.

“Cuando ví a mis colegas relatar, pensé que yo no podía hacer eso, que no estaba capacitado, y abandoné esa idea por un tiempo. Después del mundial de Sudáfrica se va el Turco Whebe y como no podían traer un relator sólo por 3 meses, VH me propuso relatar. Y sinceramente fue la decisión más absurda y loca de toda mi vida, porque a los 15 minutos de decirle que sí, ya me había arrepentido y tenía un dolor de estómago terrible, porque en realidad la decisión la había tomado ese chico que soñaba relatar cuando tenía 7 años”.

“Por suerte cuando salí al ruedo, gustó. Después obviamente lo fui perfeccionando con el tiempo, y fue una época de prestar mucha atención y cuidar mi voz”, recuerda, hoy ya más consolidado frente al micrófono.

El periodista, que supo formar parte del ciclo Destino Deporte, que se emitió por la señal latinoamericana de HBO, y que también pasó por la pantalla del canal 360TV, no duda en afirmar que el hoy conductor en C5N le cumplió “todos los sueños”, y los enumera: “Primero trabajar con él, después hacerme periodista profesional, y por último –y el mejor de todos– relatar fútbol”.

Pasan los años, pasan los presidentes

“La AFA es más de lo mismo”, dice de entrada Matías Canillan, sobre el bolonqui que atraviesa desde la casa madre del fútbol argentino, donde días atrás asumió como máxima autoridad Claudio Chiqui Tapia, quien –asegura el relator– “es un continuador y admirador de Grondona”.

La entidad que fue conducida –tras la muerte de don Julio Grondona– por Luis Segura, y que luego del famoso 38 a 38 quedó en manos de una Comisión Normalizadora, ahora cayó en manos del hombre fuerte del Ascenso. “Toda la gente que está detrás de Tapia es también del palo grondonista, y las políticas son las mismas: el oscurantismo, la mentira”, asegura, y argumenta: “Es impensable que una institución que estuvo todo ese tiempo en manos de un tipo como Grondona cambie por un Pérez Esquivel o un Juan Carr, sino que el que viniera iba a ser de la misma línea”.

Para el periodista radial, la salida de Edgardo Bauza de la Selección “es una consecuencia de lo mismo”, y cuestiona: “Tapia dice que lo sacó porque lo nombró una Comisión Normalizadora y que ellos no tuvieron nada que ver. Con mucha hipocresía, lo que hace es negar que la CN es consecuencia directa del egocentrismo y la ineptitud de ellos que no pudieron hacer una elección como la gente”.

Por último, subraya que lo que más empaña el comienzo de la nueva gestión es que “va a pagar la rescisión del contrato de Martino, más el juicio de los colaboradores del Tata, la salida del Patón, la rescisión de Sampaoli del Sevilla (en caso de confirmarse su arribo a la Albiceleste) y el nuevo contrato del Zurdo”. Todo esto se da “cuando dijeron que la AFA estaba quebrada y cuando hace un mes quisieron jugar una fecha de ascenso con juveniles para voltearle la huelga a los jugadores que estaban pidiendo que se les pague una deuda legítima”, sostiene, y concluye: “Este tipo dice que está quebrado cuando todavía no hay colchonetas en las canchas de Ascenso para que los chicos no se golpeen la cabeza y se patina cien palos en tres entrenadores porque se le dio la gana”.

Fuente: Cooperativa La Masa/Periódico El Eslabón.

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