Encuentro interdisciplinario: «Recuperar empresas, recuperar trabajadores»

“Avanzamos mucho en la recuperación de la empresa. Ahora tenemos que avanzar mucho en la recuperación de los trabajadores”. El que suele reiterar la frase en encuentros, congresos y charlas es Francisco Martínez, de la Cooperativa Textiles Pigüé (CTTP), que en esa ciudad del sur bonaerense reactivó la enorme planta que fuera de la otrora gran empresa Gatic. Martínez retomó el concepto en Rosario el viernes 16 de diciembre, en el marco del Seminario Derechos Laborales en las Cooperativas de Trabajo, organizado por la Federación Actra (Autogestión, Cooperativismo, Trabajo) y llevado a cabo en el auditorio del Instituto Movilizador.

Cuando habla de la recuperación de la empresa, Martínez se refiere a logros de la CTTP muy claros en ese sentido: la progresiva y planificada puesta en marcha de distintos sectores de producción que se habían paralizado totalmente, la incorporación de profesionales y el vínculo con las universidades, el pleno y honesto aprovechamiento de las políticas públicas que hubo para el sector, la titularización de la fábrica a nombre de la cooperativa, la relación permanente y de apoyo mutuo con la comunidad de Pigüé y con organizaciones de todo tipo a nivel provincial, nacional e internacional; la inserción en el mercado a partir de mejoras constantes en la productividad, la eficiencia, la calidad; la incorporación de nuevos trabajadores hasta llegar a los actuales 150.

El pero es que estos avances en el desarrollo empresarial-productivo, institucional y político no se tradujeron aún en lo que Martínez llama “la recuperación de los trabajadores”, que por ser asociados a una cooperativa de trabajo carecen de derechos que sí tienen sus pares en relación de dependencia.
Y no se trata de cuestiones menores. Lo que necesitan los autogestionados es acceso a obra social, a sistemas de prevención y atención de accidentes laborales, a una jubilación acorde al rubro en el que trabajan.

Una postal sobre los efectos de estas carencias es la que ofrece una cooperativa de trabajo señera, Copegraf, de La Rioja, fundada en 1971, editora del diario El Independiente. Allí no son pocos los asociados que ya superaron la edad de jubilarse, pero ni piensan en acceder al merecido descanso porque ello les significaría una merma muy ostensible en sus ingresos. Los retiros mensuales de estos trabajadores asociados de Copegraf, que incluyen el reconocimiento a la antigüedad, superan muy largamente el monto de la jubilación mínima que les corresponde por su condición de monotributistas.

Entonces, no se jubilan. Y lógicamente, achaques físicos y cambios tecnológicos mediantes, tampoco producen ahora en la misma medida en la que lo hacían en su años mozos, hecho que resiente la ecuación económica de la cooperativa. Es decir que no sólo están en juego los derechos propios del trabajador. También es vital resolver el problema para garantizar la sustentabilidad de las empresas, en las que nunca la opción es la exclusión. Otra de las frases que Martínez reitera en encuentros y congresos es: “Jamás el mercado definirá la suerte de un trabajador de Textiles de Pigüé”. Y aporta números para explicarlo: en la planta textil recuperada el 40 por ciento de los trabajadores se desempeña en secciones que aportan sólo el 6 por ciento de la facturación de la empresa. ¿Cuánto duraría esa situación en una empresa privada con lógica puramente lucrativa? Seguramente muy poco, apenas el tiempo que lleve elaborar y enviar los telegramas de despido en los sectores “deficitarios”. En Pigüé, en cambio, lo que se resolvió es lanzar nuevas líneas de producción, incluida una de confecciones, donde se reubican los operarios “sobrantes” en las áreas más rentables de la empresa. La apuesta a nuevas líneas productivas es riesgosa, más en tiempos de recesión, apertura de importaciones, tarifazos. Pero lo que más asusta en Pigüé es que algún compañero o compañera tenga que volver a la desocupación. “Todo nuestro trabajo se basa en una palabra, que es compartir”, resumió Martínez en el seminario organizado por Actra, federación en la que el referente de Pigüé está a cargo de la Secretaría.

La presidenta de Actra es Edith Encinas, de La Cabaña, otra recuperada con todas las letras, al punto de estar a poco de inaugurar su nueva planta de producción en jurisdicción de General Lagos. En Actra, conformada a principios de este año, se agruparon también otras empresas rosarinas muy firmes y con más de una década de actividad autogestionada en el lomo como Mil Hojas, Herramientas Unión, Lo Mejor del Centro, la cañadense Vitrofin, la enorme Pauny-Zanello de los pagos cordobeses de Las Varillas; más un grupo de recuperadas y cooperativas más nuevas como la metalúrgica MAM –otra cordobesa– y las locales D7 y La Masa, productora de este periódico.

Todas ellas reconocen como una clara referencia en los menesteres de la autogestión al rosarino José Abelli, el Vasco, promotor del reagrupamiento en Actra y a cargo del cierre del seminario del viernes 16.

“Queríamos sumar propuestas para generar un debate interdisciplinario, para instalar una agenda que defina políticas públicas de solución a esta falta de derechos”, marcó Abelli respecto del encuentro. Y vaya si hubo diversidad de disciplinas y procedencias en los oradores de la jornada que se sumaron a los propios trabajadores. Tras la bienvenida a cargo de Encinas, Martínez compartió la mesa de apertura con el Ministro de la Producción de la provincia, Luis Contigiani y con Mauro Casella, funcionario de esa misma cartera a cargo del área de Economía Social. A ellos se sumó Francisco Iturraspe, abogado laboralista con larga vinculación al trabajo cooperativo, que desplegó una batería de normas y conceptos jurídicos a favor de los derechos de los autogestionados.
En las mesas siguientes aportó otro funcionario, el secretario municipal de Economía Social, Nicolás Gianelloni, más los economistas Matías Kulfas y Sergio Arelovich, el médico Jorge Cohen, el dirigente sindical de Sadop Martín Lucero, el académico Andrés Ruggeri del programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires, el licenciado Martín Escobedo abordando los vínculos con las obras sociales.

“Las participaciones del mundo académico, económico, profesional, sindical, junto con el compromiso que vayan asumiendo funcionarios del Estado y dirigentes políticos, nos permite abordar el tema con muchos enfoques y apuntar a propuestas serias, claras”, resumió Abelli, al tiempo que adelantó planes para el año que viene: otro encuentro, pero más amplio, con formato de congreso y con participantes del plano nacional y también internacional, “para saber más sobre cómo se está abordando esta problemática en distintos lugares”, señaló el dirigente de Actra.

La preocupación por la falta de encuadramiento legal adecuado para los trabajadores de la autogestión no es nueva y se tradujo en distintas iniciativas. Se elaboraron proyectos de ley, se convocó a foros de debate. Hasta ahora, la inquietud no devino en avances concretos. Pero la persistencia es una característica muy propia de los trabajadores autogestionados. Eso es lo que puede apreciarse una vez más con la movida de Actra y un amplio abanico de aliados.

Apoyo provincial y municipal

El ministro de la Producción santafesino, Luis Contigiani, renovó en el seminario de Actra sus expresiones de respaldo a las empresas recuperadas y cooperativas. “Cuenten con nosotros en este modelo colectivo muy fuerte en nuestra provincia”, saludó el ministro, que coincidió en lo de “constituir una agenda que fortalezca al movimiento autogestionado como sujeto”. Contigiani analizó que “el proceso de acumulación capitalista está muy acelerado” y llamó a bregar porque “el poder económico y laboral sea mucho más democrático”.

También el secretario de Desarrollo Territorial y Economía Social de la provincia, Mauro Casella, reafirmó el respaldo a las recuperadas y cooperativas y abogó por configurar “un nuevo status de trabajadores, los trabajadores autogestionados”, con plenos derechos en un amplio sentido, con cita al padre del psicoanálisis Sigmund Freud incluida: un hombre sin trabajo es un hombre enfermo”.

El municipio rosarino también dio el presente en la jornada de Actra con el secretario de Economía Social Nicolás Gianelloni. Y el Concejo se sumó con una declaración de interés municipal, que llevó hasta la sede del Instituto Movilizador la concejala Caren Tepp, de Ciudad Futura.

 

Manolo Robles

Fuente: Redacción Rosario

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